A flote por obra y gracia del agua
Añasco- La historia del barrio Corcovada está tejida alrededor del agua.
En 1968, 35 familias construyeron el acueducto comunitario que les suplió el agua potable que necesitaban para vivir. Pero hoy, 40 años después, el tiempo ha probado que ese acueducto les ha dado mucho más que agua. A las 145 familias que hoy habitan las cuatro millas cuadradas de ese barrio anclado entre montañas, el acueducto les ha dado fuerza, orgullo, pasión y solidaridad.
“El acueducto ha sido una bendición porque eso fue lo que unió a la comunidad”, dice César Irizarry, ex presidente del comité comunal de Corcovada, designado comunidad especial en el 2001. Nació en el barrio hace 48 años y su madre fue una de las que trabajó en la construcción del acueducto original.
Tan agradecidos están de esa “bendición”, que pusieron una pluma en las afueras del barrio para que gente de otras comunidades puedan tomarla gratuitamente en momentos de escasez.
Hace varios años los corcovadeños construyeron un segundo pozo -que recoge agua a 200 pies de profundidad-, en un área más retirada de la comunidad para asegurar que no se contamine con los pozos sépticos de las casas. Lo construyeron carpinteros, electricistas y policías. Ahora están negociando para convertir esa zona en un bosque auxiliar. El comité usa el dinero del depósito del agua y de la factura mensual para el mantenimiento del acueducto y otras obras de infraestructura y recreativas.
El segundo sábado de cada mes, el tesorero del comité abre el edificio que una vez fue una escuela entre 3:00 y 5:00 de la tarde para que los residentes paguen su factura de agua. Irizarry dice que en 40 años sólo se les ha cortado el servicio a dos familias por falta de pago y ocasionalmente hay cuentas morosas.
“Ya ves que a las 3:00 la gente empieza a llegar”, dice.
Esa misma escuela estuvo cubierta de bejucos. La escuela elemental del barrio estuvo cerrada 18 años. Los corcovadeños lucharon por obtenerla en usufructo y la rescataron del olvido hace dos años. Hoy alberga la oficina del comité, un gimnasio comunitario y un centro de computadoras que deben estar disponibles pronto.
Las curvas serpentinas de Corcovada están teñidas de verde a todo su alrededor. Las casas están apartadas y algunas tienen varias cuerdas de terreno. Pero más que el paisaje del barrio, ubicado en el epicentro de la colindancia entre Añasco, Las Marías, San Sebastián y Moca, lo que estremece es su gente. Su sentido de unión, trabajo y solidaridad.
El comité comunal tiene una organización envidiable. Los miembros se reúnen una vez al mes y celebran asambleas cada seis meses. Está dividido en subcomités que se encargan de distintas actividades, como el mantenimiento del acueducto o la organización de su famoso Festival de Reyes. Los corcovadeños no esperan por nadie ni por nada.
“Le caemos encima al político que sea”, dice Irizarry entre carcajadas.
Han logrado recibir fondos del Municipio, de sus legisladores y de la Oficina de Comunidades Especiales (OCE). Evaristo Ujaque -un hombre nacido y criado en Corcovada que cuida las carreteras y montes del barrio como el jardín de su casa-, dice que con fondos de esta oficina han hecho un parque de pelota, comprado computadoras, construido casas de interés social y techado la cancha de baloncesto.
Pero el acueducto puede desaparecer. Las nuevas reglamentaciones ambientales exigen que se reemplacen los acueductos comunitarios por los de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados para asegurar la calidad del agua. Corcovada se niega. Las familias dijeron que no en la última asamblea. Si les quitan su agua, les quitan su orgullo.
Publicado en Primera Hora, el 28 de julio de 2008:
http://www.primerahora.com/noticias/puerto-rico/nota/afloteporobraygraciadelagua-214373/
Añasco- La historia del barrio Corcovada está tejida alrededor del agua.
En 1968, 35 familias construyeron el acueducto comunitario que les suplió el agua potable que necesitaban para vivir. Pero hoy, 40 años después, el tiempo ha probado que ese acueducto les ha dado mucho más que agua. A las 145 familias que hoy habitan las cuatro millas cuadradas de ese barrio anclado entre montañas, el acueducto les ha dado fuerza, orgullo, pasión y solidaridad.
“El acueducto ha sido una bendición porque eso fue lo que unió a la comunidad”, dice César Irizarry, ex presidente del comité comunal de Corcovada, designado comunidad especial en el 2001. Nació en el barrio hace 48 años y su madre fue una de las que trabajó en la construcción del acueducto original.
Tan agradecidos están de esa “bendición”, que pusieron una pluma en las afueras del barrio para que gente de otras comunidades puedan tomarla gratuitamente en momentos de escasez.
Hace varios años los corcovadeños construyeron un segundo pozo -que recoge agua a 200 pies de profundidad-, en un área más retirada de la comunidad para asegurar que no se contamine con los pozos sépticos de las casas. Lo construyeron carpinteros, electricistas y policías. Ahora están negociando para convertir esa zona en un bosque auxiliar. El comité usa el dinero del depósito del agua y de la factura mensual para el mantenimiento del acueducto y otras obras de infraestructura y recreativas.
El segundo sábado de cada mes, el tesorero del comité abre el edificio que una vez fue una escuela entre 3:00 y 5:00 de la tarde para que los residentes paguen su factura de agua. Irizarry dice que en 40 años sólo se les ha cortado el servicio a dos familias por falta de pago y ocasionalmente hay cuentas morosas.
“Ya ves que a las 3:00 la gente empieza a llegar”, dice.
Esa misma escuela estuvo cubierta de bejucos. La escuela elemental del barrio estuvo cerrada 18 años. Los corcovadeños lucharon por obtenerla en usufructo y la rescataron del olvido hace dos años. Hoy alberga la oficina del comité, un gimnasio comunitario y un centro de computadoras que deben estar disponibles pronto.
Las curvas serpentinas de Corcovada están teñidas de verde a todo su alrededor. Las casas están apartadas y algunas tienen varias cuerdas de terreno. Pero más que el paisaje del barrio, ubicado en el epicentro de la colindancia entre Añasco, Las Marías, San Sebastián y Moca, lo que estremece es su gente. Su sentido de unión, trabajo y solidaridad.
El comité comunal tiene una organización envidiable. Los miembros se reúnen una vez al mes y celebran asambleas cada seis meses. Está dividido en subcomités que se encargan de distintas actividades, como el mantenimiento del acueducto o la organización de su famoso Festival de Reyes. Los corcovadeños no esperan por nadie ni por nada.
“Le caemos encima al político que sea”, dice Irizarry entre carcajadas.
Han logrado recibir fondos del Municipio, de sus legisladores y de la Oficina de Comunidades Especiales (OCE). Evaristo Ujaque -un hombre nacido y criado en Corcovada que cuida las carreteras y montes del barrio como el jardín de su casa-, dice que con fondos de esta oficina han hecho un parque de pelota, comprado computadoras, construido casas de interés social y techado la cancha de baloncesto.
Pero el acueducto puede desaparecer. Las nuevas reglamentaciones ambientales exigen que se reemplacen los acueductos comunitarios por los de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados para asegurar la calidad del agua. Corcovada se niega. Las familias dijeron que no en la última asamblea. Si les quitan su agua, les quitan su orgullo.
Publicado en Primera Hora, el 28 de julio de 2008:
http://www.primerahora.com/noticias/puerto-rico/nota/afloteporobraygraciadelagua-214373/
Premio Solidaridad en el 2006
Entrevista en Noticentro al Amanecer
Entrevista en Noticentro al Amanecer
Propuesta a Miranda Foundation para el Premio Solidaridad en el 2006
La organización nuestra es una de forma y contenido comunitario, sin fines de lucro, fundada sobre la bases de unidad, participación democrática y gestión, autogestión, interacción y solidaridad social, cultural y recreativa. Sus inicios organizativos informales datan de la década de 1950, cuando líderes precursores se dieron a la tareas, bajo el influjo de la desaparecida agencia pública División de Educación a la Comunidad (Divedco), para lograr beneficios y soluciones de necesidades del barrio Corcovada. Aunque remotamente, al final del año 1890, un vecino ejemplar y líder destacado, Don Juan Ujaque, facilitó el terreno y sobre él se construyó la escuelita, en la cuál residentes de esta y otras comunidades aledañas aprendieron a leer y escribir en aquella época.
Desde entonces y luego cuando la vecindad organizada en ’50 e incorporada finalmente el día 24 de abril de 1990, con el número de registro 20,259 hasta nuestros días, la comunidad, por medio de nuestra entidad y liderato ha conseguido beneficios y logros ascendentes mediante las iniciativas de los dirigentes fundadores de los que venimos continuando las gestiones y tramites organizativos y administrativos hasta estos mismos momentos.
La misión de nuestro comité es unir a todos los vecinos de la localidad en conjunto con otras comunidades colindantes y lograr con esa unidad la solución de problemas y necesidades y profundizar la solidaridad y la autogestión. Los propósitos van cónsonos con la misión, en la medida que se da la integración comunitaria autogestión con proyectos en beneficio colectivo. Las estrategias organizativas, educativas, movilizarías y participativas van desde el trámite sencillo para gestionar servicios hasta la pro[ia administración de nuestro acueducto y otros proyectos.
El organismo comunal tiene en su premeditada agenda unos objetivos, actividades y estrategias trazadas. Por uso y costumbre reglamentaria con la debida participación y consenso comunitario, el comité asume su liderato representativo y hace un programa para cada paso que se da o gestión que se hace. Como ejemplo, damos el caso de nuestro acueducto comunitario, logro estratégico que construimos con esfuerzos propios y ayuda mutua en el 1968. Para este proyecto magno de autogestión, el cual sigue siendo útil y está trabajando a capacidad, hemos programado planificado antes, durante y después su uso adecuado y cuidadoso para una eficaz y justa distribución del agua que este provee, así como su chequeo, mantenimiento, contabilidad y cobro. Todo esto se hace en forma colaborativa y comunitaria comisionado por el mismo comité, en acuerdos tomados en colectivo una junta vecinal. Este acueducto suministraba el preciado líquido a 30 familias cuando fue construido; hoy treinta y ocho (38) años después, le sirve agua a 150 familias, es decir, alrededor de 700 habitantes corcovadeños.
Además de este valioso recurso y servicio, Corcovada tiene un área recreativa con cancha bajo techo, parque de pequeñas ligas y centro comunal que logró gestionar el Comité ante el Gobierno Municipal añasqueño, legisladores del distrito y del precinto y agencias de gobierno central. Estas facilidades las administra y las mantiene el comité una junta comunitaria y voluntarios locales, con la ayuda externa para el uso y disfrute de toda la comunidad. La mencionada escuela de la comunidad, que fue cerrada hace más de 10 años, la hemos rescatado para ubicar allí un gimnasio, centro de computadoras y almacén para equipo de acueducto comunitario. Por 23 años celebramos un Festival Familiar de Reyes, evento cultural para la familia y la niñez del barrio y otros vecindarios y en el cual nunca se ha vendido ni usado bebida alcohólica. Su organización, trabajo y solidaridad lo desarrollamos a través de otra junta comunitaria que dirige nuestro mismo comité comunal y es financiado a base de la autogestión local y la gestión de donativos de pequeños comerciantes de Añasco, San Sebastián y Mayagüez, para los niños (as) en Reyes.
También tenemos como proyecto en desarrollo una finca, donde está localizada el acueducto, que está siendo reforestada y conservada para utilizarse como un bosque recreativo y educativo para la comunidad. Se está gestionando el traspaso de su titularidad del municipio añasqueño, para que sea auto-gestada pro el vecindario corcovadeño. Todos los proyectos reseñados y otras actividades regulares y especiales (como celebraciones de cumpleaños o extraordinarios como el del vecino don Pedro Valentín Montalvo, quien cumplió sus 100 años y quien fue uno de los gestares de mucha obra comunitaria, así como bodas y otros eventos de beneficencia como la recolección de fondos para el trasplante de riñón del joven vecino Pedrito Rivera Montes. Todos, hemos reseñado, van dirigidos a ampliar y profundizar la solidaridad humana y social en nuestra comunidad.
El Comité Comunal de Corcovada, Inc. trabaja para beneficiar a toda la comunidad que consta de 700 habitantes, aunque transciende los lindes geográficos impactando así a los barrios Cerro Gordo y Miraflores del territorio añasqueño. Corcovada tiene un área geográfica de alrededor de 4 millas cuadradas (estimadas); con toda posibilidad uno de los barrios más grandes de Añasco. Nuestro comité, como ya explicamos, opera en esa jurisdicción, que la componen montañas relativamente altas (Cerro del Pichón y otros) y mesetas como las de la escuela y el área recreativa. La organización se estructura con una directiva piramidal tradicional (presidente, vice-presidente, tesorero, secretario y vocales) y se divide en juntas o comisiones de trabajo con recursos humanos voluntarios. Tiene una estructura administrativa y operativa que funciona con voluntarios y sin honorarios ni salarios. Para sus gestiones, servicios y proyectos acude a fuentes de financiamiento diversas: pequeños donativos legislativos y municipales, y la cooperación de pequeños comerciantes. Lo que se genera en el cobro de agua se usa para el pago de energía eléctrica y para el mantenimiento del mismo acueducto comunitario.
Estos van desde apoyar necesidades básicas familiares e individuales (actividades benéficas como la del joven Pedrito Rivera, pro trasplante renal) hasta el pago de entierros, gastos médicos y donaciones de alimentos y muebles a vecinos necesitados. Así como la entrega de juguetes para los infantes en la Fiesta de Reyes, donación de equipos deportivos y recreativos, etc. Todo esto se hace desarrollando actividades y trámites para recaudar fondos (ventas de comidas, sorteos, bingos, torneos de dominó, botas de gallos, ventas de camisetas y recordatorios, así como anuncios comerciales). Ellos van dirigidos a cultivar la generosidad, el compartir y solidaridad social y comunitaria. Gracias a Dios que en el contexto de las actividades y las gestiones se promueve la amistad, unión y se generan puentes de coordinación y enlace. See forjan vínculos entre todos los vecinos (no importa edad ni género ni color ni credo religioso o político).
Tanto en la reflexión, diálogos y planificación de actividades y desarrollos de proyectos, así como en sus celebraciones y logros se genera un amplio compartir y respeto interpersonal. Así como la integración, inclusión y tolerancia de las diferencias y la diversidad social y cultural de la comunidad. El uso y disfrute del acueducto, así como las actividades socioculturales y recreativas son escenarios idóneos para ello. Los beneficios y alcances colectivos son el resultado y los motivos para logar mayor solidaridad y la comprensión humana misma.
Las participaciones de la comunidad es completa y esta se involucra en todo el quehacer. A su vez se beneficia y aporta en forma democrática e igualitaria. Las participaciones de los voluntarios, son desprendidamente y están prestos a aportar a su vecindario y a los esfuerzos para resolver sus problemas y lograr las gestiones y servicios. El Comité Comunal es canal y facilitador para esa participación y su distribución y dirección de tareas. Todos asisten, apoyan y participan con su esfuerzo propio, ayuda mutua como protagonistas y gestores de su propia iniciativa y destinos comunes.
La efectividad organizativa, planificadora, gestora, administrativa y divulgativa de nuestro comité es primordial. Su trabajo y su vínculo y representatividad con la comunidad a sido de gran impacto tanto dentro como fuera de ella. Los mejores parámetros y medidores son las respuestas vecinal y de otra comunidades especiales. La mejor proyección y aceptación de todo lo que hemos hablado se destaca en la comunidad y por ende lo que el Comité Comunal de Corcovada a tenido en los medios de comunicación masiva (léase la prensa escrita, radio y televisión). Este impacto comunitario, la aceptación del mismo comité dentro y fuera del barrio (en sus portavoces), de sus quehaceres y logros y la proyección en los medios y en las demás comunidades hace que Corcovada y sus dirigentes sean modelos para repetir y emular entre otras organizaciones y en la sociedad boricua en general. Los hechos y resultados son testigos dinámicos de ese modelaje y ejemplo para simpatizar e imitarlos. Gracias y bienvenidos a nuestra comunidad corcovadeña, añasqueña y puertorriqueña.
Redacción por Edwin Albino Plugues, director regional del Instituto de Cultura Puertorriqueña, en Mayagüez
La organización nuestra es una de forma y contenido comunitario, sin fines de lucro, fundada sobre la bases de unidad, participación democrática y gestión, autogestión, interacción y solidaridad social, cultural y recreativa. Sus inicios organizativos informales datan de la década de 1950, cuando líderes precursores se dieron a la tareas, bajo el influjo de la desaparecida agencia pública División de Educación a la Comunidad (Divedco), para lograr beneficios y soluciones de necesidades del barrio Corcovada. Aunque remotamente, al final del año 1890, un vecino ejemplar y líder destacado, Don Juan Ujaque, facilitó el terreno y sobre él se construyó la escuelita, en la cuál residentes de esta y otras comunidades aledañas aprendieron a leer y escribir en aquella época.
Desde entonces y luego cuando la vecindad organizada en ’50 e incorporada finalmente el día 24 de abril de 1990, con el número de registro 20,259 hasta nuestros días, la comunidad, por medio de nuestra entidad y liderato ha conseguido beneficios y logros ascendentes mediante las iniciativas de los dirigentes fundadores de los que venimos continuando las gestiones y tramites organizativos y administrativos hasta estos mismos momentos.
La misión de nuestro comité es unir a todos los vecinos de la localidad en conjunto con otras comunidades colindantes y lograr con esa unidad la solución de problemas y necesidades y profundizar la solidaridad y la autogestión. Los propósitos van cónsonos con la misión, en la medida que se da la integración comunitaria autogestión con proyectos en beneficio colectivo. Las estrategias organizativas, educativas, movilizarías y participativas van desde el trámite sencillo para gestionar servicios hasta la pro[ia administración de nuestro acueducto y otros proyectos.
El organismo comunal tiene en su premeditada agenda unos objetivos, actividades y estrategias trazadas. Por uso y costumbre reglamentaria con la debida participación y consenso comunitario, el comité asume su liderato representativo y hace un programa para cada paso que se da o gestión que se hace. Como ejemplo, damos el caso de nuestro acueducto comunitario, logro estratégico que construimos con esfuerzos propios y ayuda mutua en el 1968. Para este proyecto magno de autogestión, el cual sigue siendo útil y está trabajando a capacidad, hemos programado planificado antes, durante y después su uso adecuado y cuidadoso para una eficaz y justa distribución del agua que este provee, así como su chequeo, mantenimiento, contabilidad y cobro. Todo esto se hace en forma colaborativa y comunitaria comisionado por el mismo comité, en acuerdos tomados en colectivo una junta vecinal. Este acueducto suministraba el preciado líquido a 30 familias cuando fue construido; hoy treinta y ocho (38) años después, le sirve agua a 150 familias, es decir, alrededor de 700 habitantes corcovadeños.
Además de este valioso recurso y servicio, Corcovada tiene un área recreativa con cancha bajo techo, parque de pequeñas ligas y centro comunal que logró gestionar el Comité ante el Gobierno Municipal añasqueño, legisladores del distrito y del precinto y agencias de gobierno central. Estas facilidades las administra y las mantiene el comité una junta comunitaria y voluntarios locales, con la ayuda externa para el uso y disfrute de toda la comunidad. La mencionada escuela de la comunidad, que fue cerrada hace más de 10 años, la hemos rescatado para ubicar allí un gimnasio, centro de computadoras y almacén para equipo de acueducto comunitario. Por 23 años celebramos un Festival Familiar de Reyes, evento cultural para la familia y la niñez del barrio y otros vecindarios y en el cual nunca se ha vendido ni usado bebida alcohólica. Su organización, trabajo y solidaridad lo desarrollamos a través de otra junta comunitaria que dirige nuestro mismo comité comunal y es financiado a base de la autogestión local y la gestión de donativos de pequeños comerciantes de Añasco, San Sebastián y Mayagüez, para los niños (as) en Reyes.
También tenemos como proyecto en desarrollo una finca, donde está localizada el acueducto, que está siendo reforestada y conservada para utilizarse como un bosque recreativo y educativo para la comunidad. Se está gestionando el traspaso de su titularidad del municipio añasqueño, para que sea auto-gestada pro el vecindario corcovadeño. Todos los proyectos reseñados y otras actividades regulares y especiales (como celebraciones de cumpleaños o extraordinarios como el del vecino don Pedro Valentín Montalvo, quien cumplió sus 100 años y quien fue uno de los gestares de mucha obra comunitaria, así como bodas y otros eventos de beneficencia como la recolección de fondos para el trasplante de riñón del joven vecino Pedrito Rivera Montes. Todos, hemos reseñado, van dirigidos a ampliar y profundizar la solidaridad humana y social en nuestra comunidad.
El Comité Comunal de Corcovada, Inc. trabaja para beneficiar a toda la comunidad que consta de 700 habitantes, aunque transciende los lindes geográficos impactando así a los barrios Cerro Gordo y Miraflores del territorio añasqueño. Corcovada tiene un área geográfica de alrededor de 4 millas cuadradas (estimadas); con toda posibilidad uno de los barrios más grandes de Añasco. Nuestro comité, como ya explicamos, opera en esa jurisdicción, que la componen montañas relativamente altas (Cerro del Pichón y otros) y mesetas como las de la escuela y el área recreativa. La organización se estructura con una directiva piramidal tradicional (presidente, vice-presidente, tesorero, secretario y vocales) y se divide en juntas o comisiones de trabajo con recursos humanos voluntarios. Tiene una estructura administrativa y operativa que funciona con voluntarios y sin honorarios ni salarios. Para sus gestiones, servicios y proyectos acude a fuentes de financiamiento diversas: pequeños donativos legislativos y municipales, y la cooperación de pequeños comerciantes. Lo que se genera en el cobro de agua se usa para el pago de energía eléctrica y para el mantenimiento del mismo acueducto comunitario.
Estos van desde apoyar necesidades básicas familiares e individuales (actividades benéficas como la del joven Pedrito Rivera, pro trasplante renal) hasta el pago de entierros, gastos médicos y donaciones de alimentos y muebles a vecinos necesitados. Así como la entrega de juguetes para los infantes en la Fiesta de Reyes, donación de equipos deportivos y recreativos, etc. Todo esto se hace desarrollando actividades y trámites para recaudar fondos (ventas de comidas, sorteos, bingos, torneos de dominó, botas de gallos, ventas de camisetas y recordatorios, así como anuncios comerciales). Ellos van dirigidos a cultivar la generosidad, el compartir y solidaridad social y comunitaria. Gracias a Dios que en el contexto de las actividades y las gestiones se promueve la amistad, unión y se generan puentes de coordinación y enlace. See forjan vínculos entre todos los vecinos (no importa edad ni género ni color ni credo religioso o político).
Tanto en la reflexión, diálogos y planificación de actividades y desarrollos de proyectos, así como en sus celebraciones y logros se genera un amplio compartir y respeto interpersonal. Así como la integración, inclusión y tolerancia de las diferencias y la diversidad social y cultural de la comunidad. El uso y disfrute del acueducto, así como las actividades socioculturales y recreativas son escenarios idóneos para ello. Los beneficios y alcances colectivos son el resultado y los motivos para logar mayor solidaridad y la comprensión humana misma.
Las participaciones de la comunidad es completa y esta se involucra en todo el quehacer. A su vez se beneficia y aporta en forma democrática e igualitaria. Las participaciones de los voluntarios, son desprendidamente y están prestos a aportar a su vecindario y a los esfuerzos para resolver sus problemas y lograr las gestiones y servicios. El Comité Comunal es canal y facilitador para esa participación y su distribución y dirección de tareas. Todos asisten, apoyan y participan con su esfuerzo propio, ayuda mutua como protagonistas y gestores de su propia iniciativa y destinos comunes.
La efectividad organizativa, planificadora, gestora, administrativa y divulgativa de nuestro comité es primordial. Su trabajo y su vínculo y representatividad con la comunidad a sido de gran impacto tanto dentro como fuera de ella. Los mejores parámetros y medidores son las respuestas vecinal y de otra comunidades especiales. La mejor proyección y aceptación de todo lo que hemos hablado se destaca en la comunidad y por ende lo que el Comité Comunal de Corcovada a tenido en los medios de comunicación masiva (léase la prensa escrita, radio y televisión). Este impacto comunitario, la aceptación del mismo comité dentro y fuera del barrio (en sus portavoces), de sus quehaceres y logros y la proyección en los medios y en las demás comunidades hace que Corcovada y sus dirigentes sean modelos para repetir y emular entre otras organizaciones y en la sociedad boricua en general. Los hechos y resultados son testigos dinámicos de ese modelaje y ejemplo para simpatizar e imitarlos. Gracias y bienvenidos a nuestra comunidad corcovadeña, añasqueña y puertorriqueña.
Redacción por Edwin Albino Plugues, director regional del Instituto de Cultura Puertorriqueña, en Mayagüez